lunes, 9 de diciembre de 2013

The Human Centipede (El Ciempiés Humano) 1 & 2 [2010-2011]

¡Que tranzas muchachones! Pues aquí, hoy les traigo una reseñita doble, paquete deluxe para los más machos lectores de todo lo que se pone aquí, en este espacio de relax y ocio. ¿Qué más les digo? Tremenda secuela binaria me acabo de echar un par de días atrás. Señores y mantis religiosas, hablo del Ciempiés humano Vol. 1 y 2; sí, me las eche de corrido ya que el maravilloso internet nos permite darnos lujillos de vez en cuando, claro si te gusta revolcarte en películas obscenas y bizarras, he aquí el punto de entrada y bienvenida grata a nuestro labor de compas a compas.

Estas películas fueron dirigidas por Tom Six, estrenada la primera hace dos años y la segunda un año posterior, así como lo indico en la parte derecha superior de la titulo. Filmes holandeses de la nueva Age del terror y el gore más diseminado. Vaya, no se me vayan a alebrestar aún, ya sabemos de la mala fama que tienen las pelís actuales y mucho más si son de esta categoría, que a veces, y concordaré con muchos de ustedes, sólo son pretensiones y $$$ billetes-lletes $$$. Al parecer son películas holandesas filmadas en Alemania, con las colaboraciones de intérpretes de bajo presupuesto y poca relevancia, noveles y apenas unos que otros incipientes en lo que les gusta, como lo es actuar.

No es de más agregar una pequeña recomendación antes de empezar. Sí no te gusta el cine de terror y sientes que estas producciones no son lo tuyo, estás en tu derecho de verla o no, claro como todos, pero eso sí, si te pasas aventando caca pueeh, venga a ver si te hacemos competencia. Si lo tuyo no es gore y fascinación por las vísceras, ve dándole vuelta a la página y mejor no la miquees. Bueno, rompamos el hielo, cabros.

Primero, correspondientemente hablaré de la inicial producción y luego iré con la segunda, si se me sale más de alguna comparación, analogía, extractos analíticos acorde con los cigotos (Como éstas dos) no se me extrañen. En la primera entrega, tenemos aparentemente una trama floja y sencilla que se va dando con el filme típico de terror aunado de varios accidentes que trascienden hacia la perdición de los protagonistas (en este caso dos lindas turistas norteamericanas que están de Pasadena por Alemania) encarcelando a los perversos planes del antagonista hacía ello/as.
Para que entiendan. El filme va de un famoso cirujano experto en la separación de siameses que trata de llevar acabo, no una separación esta vez, sino una unión de 3 personas en una quirúrgica y enfermiza idea: unirlos mediante un solo sistema digestivo, cosiéndoles las bocas a los anos, en un Ciempiés Humano. Al parecer el fetiche de este doctor sobrepasa la cordura secuestrando a sus victimas, suministrándoles intravenosa anestésica, y finalmente operándolos de forma compleja y quisquillosa a su manera. No entraré mucho en detalle sobre su trama.

(1er Filme)
Los aspectos genuinos del filme están rescatados en caracteres de inventiva: así como la propuesta “insólita” de este experimento, que posiblemente fue inspiración del director por las acometidas y mordaces acciones que llevaron acabo de la misma manera  los nazis en aquellos campos de concentración de Auschwitz. Vaya cosa, ¿no?

Lo que me gusta de la entrega es su delimitada y cuidada atmósfera, alejándose de un Gore explicito y banal que sólo ensucia a veces las producciones ingeniosas, y adentrándose en una hierática historia de conatos, asquerosidades, repulsiones y mucha vibra carnicera (aunque las pequeñas parte quirúrgicas están contadas) es una película de horror más sutil. Y también no olvidar su contenido realista, fuera de las enajenaciones médicas y no del todo 100% probables, que trata mezclarnos en una proyección trifásica, chirriante y volátil con su foco central anti metafísico: nada de monstruos, alimañas, criaturas providentes de lugares hoscos o cosas similares, simplemente la más grande y perenne creación de pérfidas ideas y horripilantes secretos, como lo es: “La Mente Humana”

Y por ello se centra más el realismo, porque díganme ustedes, es más fácil que seamos secuestrados por una lunática y enferma persona a que nos obnubilen arcanas y celestinas figuras del más allá; en cambio el deleznable es real, a cualquiera nos puede pasar y no es de extrañarse. Es allí mi punto.

En la segunda entrega trata sobre un un fan del filme de six, pero esta vez impregnado de todos aquellos elementos faltantes en la primera producción: un tipo obeso, de baja estatura con serios problemas mentales, al parecer abusado por su padre, el cual se encuentra en prisión. El gordito es un vigilia de seguridad de un viejo estacionamiento, vive con su madre, una señora un tanto histérica y preocupada por su la fascinación de su hijo hacía los ciempiés (Teniendo uno como mascota) y su extraño comportamiento errático y sospechoso. El tipo matará a la anciana, secuestrará una 12 de personas y los usará para sus múltiples experimentos influyéndose en la película de Tom Six… muy similar a una gran y latente realidad, un sujeto “X” que identifica sus frustraciones e importancias (Socialmente funcionales, viriles o simplemente su jocosa figura) a través de la exacerbada presentación del ciempiés humano.

Esta vez Six y sus ideas saltarinas de inmensos trampolines se perderían alejándose totalmente, en cuestión de producción, escenografía, menos de tópico; para llegar a una entrega más subterránea, extremadamente salvaje, desviada, insensible, mordaz, fiera y 100% más brutal que la primera parte: Excremento a toneladas, sangre salpicada hasta en el Traveling de la cámara, un ambiente tenso y vomitivo: simplemente se ha superado con esto.



(2do Filme)

Entrega calificada, enjuta y de propuesta, no tengo muchas quejas, pero se ustedes saben saborear la sangre coagulada disfrutarán estas dos mierdas al limite. Nunca había puesto dos notas distintas, y no las pondré, las clasificaré de acuerdo a su promedio. En fin, excelente y cochina entrega: una sutil y macabra y la otra GORE, GORE Y MÁS GORE extremista.


Nota promedio: 8.5 ¡Indefectible y machacón!


Publicado Por: Joseph Curwen 

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